PASIÓN Y VOCACIÓN

Hay un momento en nuestras vidas en el que nos asalta el deseo de hacer algo diferente. Dicho deseo se alimenta de una serie de acontecimientos hasta que surge algo y se vuelve realidad. Ese algo me llegó justo en el momento que describo:  una invitación del PMCOLLEGE a participar en un curso de Dirección de Proyectos que hacía referencia a obtener una certificación profesional, la mejor pagada del mundo. El diseño de la invitación no era del mejor gusto o presentación, pero sí tenía algo muy valioso: el contenido del curso y descripción del mismo. Tantas áreas de conocimiento que me dejaron perpleja. Muchas de ellas, las había aprendido en la UNI, en mi carrera de Ingeniería en Ciencias de la Computación.

Recuerdo el primer día de clases, a aquel dinámico profesor con su estilo único y dominio escénico contagiando no creo que solo a mí, sino a la mayoría de los asistentes. Al iniciar el rigor protocolar de presentación individual y conocer la motivación de los participantes, todos expresaron que estaban allí por ganar más dinero, otros para obtener esa plaza que exigía la certificación PMP tanto a profesionales en busca de trabajo o ya empleados. A excepción de mi persona, expresé sinceramente que mi motivación era la satisfacción personal, hacer mejor mi trabajo, y enfrentar el reto y desafío que significa obtener tan prestigiosa certificación y saber que yo podía lograrlo.

Se requiere amor, disciplina, robarle horas al sueño para estudiar, comprender y prepararse para el examen invirtiendo 4 horas de lunes a a viernes. Recordaba mi etapa de estudiante universitaria, cuando el promedio de sueño era de 4 horas diaria, pero recibir el curso y repetirme a mí misma, que ese valioso conocimiento no podía doblegar mi entusiasmo, me hicieron recobrar el vigor juvenil. Obtuve la certificación por motivación intrínseca de hacer las cosas bien, y disfrutar el premio por hacerlas bien, obtener el reconocimiento de mis compañeros de estudio como una profesional que domina muy bien la dirección de proyectos, de ser altruista compartiendo el conocimiento liderando al grupo como la forma idónea y complementaria para lograr la certificación, ¡ESO NO TIENE VALOR!

Me apasioné tanto con implementar las mejores prácticas, que llegué a descargar 5 aplicaciones de bolsillo para dispositivos móviles. Accedo a las mismas cuando hago gestiones que requieren larga espera como en los bancos y en las citas al médico. Cada mañana leo al menos 5 páginas de conceptos de la dirección de proyectos para mantener vivo el conocimiento y ponerlo en práctica. En los nuevos proyectos que lidero, procuro aplicar el estándar de la Guía PMBOK, usando plantillas, leyendo blogs de los expertos en el sitio del PMI, contestanto preguntas PM’npoll, compitiendo con otros PMP conocidas en el sitio como PMWars en las que hacemos exámenes con tiempo, participando activamente en los eventos del PMI, dejando mis comentarios a grandiosas y valiosas exposiciones de los expertos, y ganando medallas por contestar preguntas que me han hecho adelantar el período de vigencia de mi certificación, y me han hecho ganar 29 medallas, la más valiosa que tengo es la medalla Gurú ¡Y estoy feliz porque pude lograrlo!

Los PMP podemos salvar al mundo y este lema, no deja de llevar de forma tácita, ser altruista, pues he apoyado a dos grupos de postulantes y la mayoría han logrado la certificación. Esa satisfacción tampoco tiene precio. A inicios de abril de 2019, empecé a liderar mi tercer grupo de postulantes. Empleo una metodología única y original. Asigno exámenes casi a diario, en cada uno escribo mensajes alusivos a la sabiduría, el entendimiento, el conocimiento y la disciplina. En los exámenes, los protagonistas son los propios postulantes, a los que me refiero en cada pregunta como PMP con el objetivo de que se visualicen como PMP. A cada pregunta, le pongo un toque de humor a fin de arrancarles una sonrisa y les quite la angustia que produce la preparación para el examen.

La experiencia es única, y la mayor satisfacción ES HACER LAS COSAS BIEN, GENERAR CONFIANZA Y SER CREÍBLES. Con el PMCOLLEGE de la mano, tenemos un gran aliado estratégico.

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